Contraproducción

Soy contraproducente. No me presento a exámenes, no los apruebo, no hago nada de provecho... En el terreno académico-económico esto queda bien claro, sin embargo en el emocional la cosa es más sutil:

No sólo no consigo controlar mis emociones sino que estas se intensifican hasta el punto de inspirar en mí unos no agradables niveles de ansiedad y estrés. Me vuelvo altamente irritable, irreflexivo e incontrolable. Y resulta que esto es contraproducente. No sólo merma mi salud de manera indirecta sino que me jode en el ámbito social. Demuestro que no soy capaz de controlarme ante absolutas tonterías y que la única manera que tengo de enfrentarme a esas situaciones es huir.

Lo triste de ser contraproducente es que aun siendo 'producente' no produciría nada.